En el primer semestre de 2024, la electromovilidad en Latinoamérica ha progresado de manera significativa, impulsada por un conjunto de políticas de incentivo, la expansión de la infraestructura de carga y una mayor oferta de vehículos eléctricos (EVs) en el mercado. Aunque la región enfrenta desafíos estructurales y económicos, el compromiso de varios países con la transición hacia la movilidad eléctrica está marcando una ruta hacia un futuro más sustentable.
Impulsores de la electromovilidad
Uno de los factores clave en este avance ha sido el apoyo de los gobiernos mediante políticas de incentivo, reducción de impuestos y exenciones en aranceles para EVs. Países como Chile, Colombia, Costa Rica y México han adoptado medidas que abarcan desde incentivos fiscales para la adquisición de vehículos hasta planes para electrificar el transporte público, lo que ayuda a reducir emisiones en zonas urbanas y a mejorar la calidad del aire.
Brasil, el mercado automotriz más grande de la región, también ha jugado un rol importante. A pesar de haber iniciado su transición un poco más tarde que otros países latinoamericanos, Brasil ha visto un crecimiento exponencial en la venta de EVs, apoyado por políticas estatales de incentivos y una creciente red de carga en ciudades clave como São Paulo y Río de Janeiro. A diferencia de otros países, Brasil mantiene una fuerte presencia de vehículos híbridos debido a su infraestructura de biocombustibles, lo que permite una transición escalonada hacia una movilidad completamente eléctrica
Expansión de infraestructura de recarga
La infraestructura de carga es uno de los retos críticos para la adopción masiva de vehículos eléctricos en la región. Colombia y Chile han avanzado en la instalación de estaciones de carga, especialmente en las grandes ciudades y en corredores interurbanos, permitiendo que tanto el sector público como privado puedan utilizar vehículos eléctricos de manera más práctica. Costa Rica, por su parte, ha logrado cubrir prácticamente todo su territorio con estaciones de carga, facilitando la movilidad eléctrica a nivel nacional. México y Brasil han mostrado un crecimiento constante en su red de carga, aunque a un ritmo más lento en comparación con los líderes regionales
Vehículos y accesibilidad
El mercado de vehículos eléctricos en Latinoamérica ha visto una diversificación significativa. Marcas globales como Tesla, Nissan y Volkswagen han comenzado a introducir modelos eléctricos en la región, mientras que fabricantes chinos han entrado con vehículos de menor costo, haciendo más accesible esta tecnología para un público más amplio. Brasil y México, que concentran la mayor parte del mercado automotriz en Latinoamérica, han registrado un incremento en la importación y producción de EVs, facilitando el acceso a modelos que van desde autos compactos hasta SUVs eléctricos.
Comparativa regional y retos
A pesar de los avances, Latinoamérica enfrenta desafíos considerables. La disparidad económica y la dependencia de combustibles fósiles en varios países dificultan la adopción homogénea de EVs en toda la región. Si bien países como Chile y Costa Rica han implementado políticas nacionales que promueven exclusivamente la movilidad eléctrica, otros, como Brasil y México, aún apoyan un enfoque mixto, en el que los vehículos híbridos y los biocombustibles son opciones viables a corto y mediano plazo.
Perspectivas Futuras
En general, el avance de la electromovilidad en Latinoamérica refleja una tendencia positiva, aunque desigual. Con una combinación de políticas gubernamentales de apoyo, infraestructura de carga en expansión, y la entrada de modelos de bajo costo, la región tiene el potencial de convertirse en un referente para la adopción de EVs en países en vías de desarrollo. Sin embargo, será crucial que los países sigan desarrollando incentivos económicos, fortalezcan su infraestructura energética y busquen la cooperación público-privada para mantener el impulso hacia un futuro de transporte más limpio y sustentable.
Fuente: Raúl Moreno para Electro Movilidad Asociación.
